lunes, 30 de marzo de 2009



¿Y que mas le daba al mediocre de Eugenio salir a la carretera a matar unos cuantos viajeros y libertinos más?

Tomó su Kalashnikov amarilla para llamar la atención en medio de la oscuridad, y se abrió paso entre los densos bosques que separaban su cabaña solitaria de la entrada a ese famoso rancho-club de las afueras de la ciudad. El aroma de la hierba incrustado en sus ropas entremaquillaban el festín de sangre putrefacta que se había llevado a cabo horas antes en su ático ("una cabaña pequeña con ático es un hogar digno de mafiosos", decía para sí). Los guantes de cuero cubrían la carne desgarrada de mujer que se alojaba debajo de sus uñas, una mujer que había matado sin justa razón, a base de dientes y golpes, hacía unas horas. El pasamontañas, viejo y agujereado, impediría a los observadores determinar su identidad, pero no el percibir ese rostro de angustia, ese rostro que sólo se genera cuando se descubre la verdadera hiperrealidad.

- Si este es un sueño - reflexionaba -, mañana toda esta gente estará viva. Pero su sangre permanecerá en mi boca, reseca, tan sólo móvil entre mi saliva. Eructaré moronga, y mis pies estarán lastimados de tanto correr. Mi fusil seguirá caliente y yo al fin habré descansado después de años de inactividad - decía mientras recordaba la mediocre cárcel en la que se encontró por más de seis años, sin recibir un mínimo de atención psicológica ni comida decente -.

Ya afuera del rancho, y antes de entrar al salón de baile principal, brincó la cerca de los carneros mientras (irónicamente) cargaba su cuerno de chivo con un listón de balas de ametralladora, el cual, guardado en la mochila, escondía dos mil quinientas municiones. Sabía que si las usaba todas se podía fundir el cañon e incluso la pintura amarilla del cuerpo quemaría sus dedos.

Pero era mejor eso a dejar testigos vivos. Sólo cuando lo lograra, podría desenmarañar ese maldito desfase de su cabeza. Y sólo quizá sería capaz de morir en paz.

lunes, 23 de marzo de 2009

Germinal del Exilio




Maldecidos y sordos los que se quedaron en los desiertos de la fatalidad esperando un quimérico final; tontos inocentes creyentes de un paraíso que no les pertenecía. Decadentes ciegos que en sus amenazas hicieron brotar de sus rostros los ojos que se extraviaron en el vacío envenenado de la tristeza.

¡Malditos ojos que dejaron de ver el mundo y sus horrores, Malditos ojos que dejaron de ver el mundo y sus amores!

Ruido, demasiado ruido, gritos al final de este crepúsculo donde se lamenta la tierra que esta pariendo un exilio ¡El exilio de mi voz que ya no habla por mi ni por ti! Escúchala gemir de dolor y déjala cargar su cruz de penas mientras las sogas de sus espantos la sostienen en la soledad y sus desilusiones provocan que se aferre a su oscuridad. ¡Oh dolor se me han acabado los perdones!

Nace germinal del exilio, caminos indefinidos que nos llevan ante la presencia de los desprecios, de los espantos, marcando el tiempo lento que excita el hambre de su fuego lúbrico ahogándose bajo los humos de mi hoguera indómita ¡Protégeme entre tus pechos! Esta noche debo reencarnar, para que no lloren las noches y mucho menos se nos retuerzan los corazones en melancolía.

Persigamos la distancia que nos aleja de esta pútrida realidad enredándose con la vida cuando la muerte nos espera. Juguemos con el abismo de nuestras pasiones arrastrando nuestros sueños que se ahogan en fracasos. Por primera vez yo soy la que me voy, levantando la mano sobre los infiernos para decir adiós y no regresar jamás, tal y como tu no pudiste hacerlo.

Esto es germinal del exilio, vehemente súplica para encontrarse con los instantes libertinos de sus resentimientos, de sus pesadillas, hurtándose el espacio para respirar dentro de sus labios expandiendo la luz de su prisma celular en cada falaz caricia.

Y todo queda en nada, totalmente en el vacío donde buscamos el exilio para encontrar lo que amamos y nos ha abandonado y que tampoco estará en el allá, tan solo es partir o partirse la madre quedándose. Germinal del exilio es ese segundo por donde se asoma nuestra realidad gritando que tan imbéciles somos pretendiendo escapar por el resto de nuestras vidas, es solo un segundo de brutal realidad.

Germinal del exilio es ese lastimero canto lleno de angustia que en sus coros nos traen dolor y recuerdos amargos, es la evolución del lamento sobre nuestras espaldas siendo la carga lo que nos orilla a arrastrarnos sobre nuestros vicios. Arena caliente de sus incongruencias que quema el rezo desesperado para que no se detenga tu camino lacerado. Es acostarla a tu lado y no poder definir su aroma, no poder detenerla y mucho menos pedirle armonía.

¡Malditos sean todos los demonios que he conjurado por que ninguno ha sabido explicar tu aroma ni la cicatriz que se enreda en tu rostro! Germinal del exilio es este estúpido balbuceo entre el sonido y el silencio para confesarte que la rabia de mi exilio elegido es no poseerte.

Germinal del exilio es un reducto de purificación del desalojo de sentimientos y sensaciones en el aleteo de mariposas azules gigantes que jamás despertaran tus sueños, es el dolor entre lunas gigantes tatuadas en un vientre iluminando el aroma del abandono.

sábado, 21 de marzo de 2009

Bienvenidos al exilio...



Sean todos bienvenidos al Germinal del Exilio...

Aquí, donde todo el mundo se asoma, nadie se quiere quedar y tan sólo los elegidos pueden contar sus historias, las historias de la tierra más maldita, mas melancólica...

Donde no hay ningun cabo suelto, porque los cabos no existen. Todo es exacto, frío y finito, excepto el ser mismo.

Aquí los sentimientos no tienen nombre, pues son demasiados para contarlos. Ni los fractalistas ensayos de Eco ni los polares cuentos de Beckett pueden ayudarte.

Puedes olvidarte de la depresiòn, la melancolìa, la ansiedad, la lujuria, los impulsos autodestructivos y demás formas de dolor. El dolor aquì es eterno, el placer poco y hay que salir en busca de él, porque ya nada es suficiente, y todo es tan poca cosa...

Aquí están prohibidos el amor que no duele, la culpa que no asfixia y las ideas sin contrastar. Todo aquello que acostumbras hacer en tu tierra de comunidades y valores y moral es exactamente lo contrario a este lugar. Si no eres capaz de acatar las reglas, serás exiliado de este mismo lugar. Te sentirás exiliado, de nuevo, en tu propio lugar, y volverás aquí. Enfréntalo: si llegaste hasta aquí, no te irás jamás. Porque has visto la verdad tras los ojos de los sabios, has leído verdades que siempre han estado ahí, solo que mas claras. Has escuchado las armónicas de cada uno de los sonidos, de los cánticos de la vida, creando la música que siempre se te ha negado. Todos estos regalos son tuyos, y te los has dado tú mismo. Has luchado por ellos, porque sabes que cualquier otra cosa es poca cosa, excepto si te regalan al mundo mismo o si te lo arrebatan.

Encontrarás formas ambiguamente definidas, experiencias plasmadas, reacciones químicas diseñadas para formar veneno de almas. También puede que encuentres alimento para el alma, cálido consuelo y mentiras complacientes.

Pero sobre todo, encontrarás una tierra nueva que siempre te esperará, una isla flotante enmedio del mar del Exilio. Eres bienvenido, yo te saludo.